Sábado 9 de Enero 2021
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Me escribe una amiga del colegio, … de aquellos tiempos en los que estábamos ahí para aprender… como si al salir estuviésemos ya preparados para todo.
-Siento haber tardado tanto tiempo en contestarte pero lo quería hacer disponiendo de tiempo y tranquilidad , pero no hay manera.
Me ha parecido muy interesante esa reflexión sobre la inteligencia y la sabiduría y muy tierna la contestación de Simón. (Referencia al post nº 1 del este Blog). La inteligencia puede tener una connotación de frialdad y en cambio la sabiduría es cálida . Puede haber muchos tipos de inteligencia pero la sabiduría es única .
Una persona puede ser muy inteligente , pero no aporta nada más sobre esa persona , puede ser simpática, antipática, insociable, torpe, fuera de serie, fantástica… Una persona sabia denota más acepciones y aporta y sugiere muchas cualidades: la calidez antes mencionada, la reflexión, una inteligencia completa, ternura . Saber utilizar todo ese bagaje de experiencias, moldear una manera de ser, máxima tolerancia ante todas las situaciones de la vida.
Siempre hay que cultivar la emoción de aprender.-
Me ayuda y aclara mis ideas leer que la inteligencia puede tener una connotación de frialdad mientras que la connotación de la sabiduría es cálida. Me resulta fácil entender que la calidez es acogedora y regala cariño, que es dulce y nunca amarga.
Hace ya tiempo que dejamos el colegio, quizás nos enseñaron que siempre existe ese camino, aprender.
Yo sigo con mis reflexiones, esas que me ayudan a construirme.
Me pregunto si es necesaria la inteligencia para ser sabio. Entiendo bien el camino que me apunta, pero siempre pienso en la sabiduría reposada de un pastor con su rebaño, con sus tantas horas de soledad y silencio, sin acceso a grandes pruebas de inteligencia…Con la tranquilidad innata de la Paz conquistada, de la Vida aceptada. ¿Será llegar a la Sabiduría el gran reto de la humanidad? Alguien me dijo, creo que un biólogo, que también podíamos autodestruirnos.
CULTURA MAASAI. «Admirado y tratado con deferencia por todas las personas jóvenes, el Anciano Maasai espera una vejez no de aislamiento y miedo, sino de continua implicación en la vida de su gente.»
Del libro -Maasai- de Tipelit Ole Saitoti
Hemos estrenado la “Manyatta Memories” como “sede” de primeros encuentros y conversaciones con algunos destacados representantes de la comunidad maasai. Siempre nos sorprenden y valoramos enormemente su cultura ancestral, tan lejana a la nuestra. Ellos detuvieron el tiempo y dijeron “No” a los avances y a la evolución. Muchos todavía hoy, siguen viviendo como lo hicieron sus antepasados en tiempos muy lejanos.
Han sido concretamente dos las reuniones que hemos tenido, aún cuando la “manyatta” no está todavía lista en cuanto al mensaje que queremos transmitir a través de sus contenidos: un legado cultural de historia y de vida con el énfasis puesto en los Elefantes, la cultura Maasai, la Evolución y los muchos testimonios de quienes aquí han vivido formando parte de la historia de este país, Kenya.
La primera reunión, sobre su medicina tradicional, la que ellos llaman “DAWA”. Preguntamos entre algunos miembros de la comunidad quién podría informarnos acerca de las características de las diferentes plantas, raíces y troncos que utilizan para mantener y reforzar su salud. Los maasais no van a “médicos y hospitales” salvo casos de fuerza mayor. Queremos que nuestra “Manyatta Memories” documente y testimonie ese conocimiento todavía muy presente en su cultura.
Nos dirigen a Mzee Mpeti. Le explicamos que estamos interesados en documentar ese conocimiento que quizás en una generación más acabe perdiéndose. Le transmitimos nuestro interés en conocer y documentar esas raíces y plantas, y le pedimos si puede traernos algunas muestras y explicarnos cómo y para qué las utilizan. Creo que con cierta sorpresa, asiente, y se ofrece como nuestro primer maestro.
Una mañana regresa con una bolsa llena de muestras, y le pedimos a “Branice”, una joven y elegantísima Maasai que acaba de terminar sus estudios como maestra de primaria, y que por casualidad está ahora en el Camp, si por favor nos puede traducir. Son siempre muy amables y agradecen que nos interesemos por ellos.
La segunda reunión fue con Mzee Ntutu, el maasai más anciano de la comunidad. Pertenece al muy reconocido grupo de ancianos de la cultura maasai a quienes llaman “Elders”. Los “Elders” son los ancianos que sí han seguido con la tradición maasai y no se adherieron al cristianismo que llegó con la colonización inglesa.
La conversación aquí se dirige hacia los árboles sagrados del “River Trail” que atraviesa nuestro Camp . Por qué esos árboles son sagrados para ellos, qué significado tienen y cuáles son las ceremonias que celebran bajo estos árboles”.
Nos damos cuenta de lo compleja que es la cultura y la tradición Maasai. Sus explicaciones son largas pero las traducciones mucho más escuetas. Nos explican que expresar una idea en lengua maasai requiere muchas más palabras que en nuestras lenguas occidentales. La reunión se alarga.
Todos aquí esforzándonos en dar un último empujón que nos permita abrir con todos los detalles que consideramos importantes.
Compras, transporte, reuniones, conversaciones, decisiones…trabajo.
Hemos seguido dando forma al Camp equipándolo para la apertura.
Ya de nuevo en casa, viendo las fotos, me cuesta creer que todo esto sea ya una realidad. Y no porque no haya costado un esfuerzo sostenido durante todo este año, con un día a día perseverante y constante...
La fuerza y el compromiso de todo un equipo al que a menudo definimos como “Enkopiro Team” !!! …una forma de darnos aliento, de saber que lo conseguiremos. No es fácil creer que los sueños puedan hacerse realidad…
Empezamos esta primera fase con dos primeras tiendas para Clientes, con capacidad para 2/3 personas en cada tienda. Se podrá disfrutar de una total privacidad. Un trato de gran exclusividad aprovechando las circunstancias que vivimos. Seguiremos con la tercera tienda, y así hasta las 5 tiendas que nos habíamos propuesto.
Vivir el privilegio de esta naturaleza exige un cierto grado de intimidad.
-”Regresé y regresé de nuevo. Pude disfrutar y conocer el silencio en el paisaje, en los horizontes infinitos, en sus nubes, en sus cielos. En los animales salvajes conocí las leyes de los orígenes de la vida. Aprendí que en la lucha por la supervivencia, los animales se comían unos a otros. Y ahí sentí la crueldad cuando el más fuerte comía al más pequeño o al más débil. Y en la tribu Maasai, esa que había luchado manteniendo su cultura muy a pesar del paso del tiempo, pude ver cuáles fueron los orígenes del hombre en algún punto de la evolución. “- Del libro El Elefante Africano, Lisette Pons.-